Los cuentos satíricos de Poe

Quiero reivindicar aquí algunos de los relatos más olvidados de Poe, los cuentos satíricos. En su mayoría, son desconocidos para el gran público, que ha oido hablar de "La caída de la casa Usher" o de "Los crímenes de la calle Morgue", pero que no sabe de la riqueza que encierran estos relatos. Para mí, están muy por encima de los cuentos descriptivos o de exploraciones, que suelen ser largos y tediosos.

Sin embargo, los relatos satíricos que escribió Poe son entretenidos, imaginativos y escritos con la maestría habitual de su autor. Desde aquí, recomiendo a todos los lectores que no desprecien algunos como "Autobiografía literaria de Thingum Bob" o "El hombre de negocios". Particularmente, me encanta "Como escribir un artículo a la manera del Blackwood" y su continuación "Una malaventura". Son cuentos realmente absurdos, pero que no están tan alejados de la realidad como pudiera parecer al leerlos. Los consejos del director del Blackwood a la escritora son realmente increíbles y desternillantes, y el relato que escribe ella siguiendo sus consejos es totalmente de locos.

Creo que la intención de Poe al escribirlos no era la de denunciar nada. Un relato de simple denuncia suele pasar al olvido, ya que es algo apropiado para la época, pero que pierde su sentido con el tiempo. Además, para mí es una forma burda de usar la literatura. Creo que lo que Poe pretendía era presentar lo ridículo de ciertas circunstancias en las que se habría encontrado más de una vez. Evidentemente, todo está exagerado al límite, pero estoy convencido de que la base es completamente verídica. No me cabe duda de que más de un editor le pediría a Poe que hiciera cosas absurdas a fin de atraer a más lectores. Este es el tipo de hechos que el autor pretende reflejar, y lo hace con un acierto enorme. Además, son cuentos breves y de lectura rápida, lo que impide que se diluya la sátira entre palabrería barata.

Desde aquí, recomendaros esa lectura. En la recopilación de Julio Cortázar, los cuentos satíricos son los últimos del segundo tomo.

El Ciclo Barroco

Después de un tiempo sin escribir, vuelvo a recuperar el blog para hablar de literatura. En este caso, para volver a opinar sobre un autor del que ya he hablado previamente: Neal Stephenson.Al final me tengo que retractar del post en el que alababa sus libros. El primero, Criptonomicón, me gustó mucho. Sin embargo, El Ciclo Barroco está siendo insufrible. Este libro gigante, cuyo primer volumen (Azogue), se divide en tres, me está resultando terriblemente tedioso.

La primera de la partes del primer volumen se titula Azogue (podían haber sido más imaginativos). Ahí todavía la historia no ha empezado a desvariar. Se mantiene el tema científico muy presente, intervienen numerosos personajes históricos, y por un momento parece que estamos ante una versión de Criptonomicón trasladada a otra época.
Sin embargo, a medida que avanzas en el libro, te das cuenta de que la ciencia ha perdido todo el protagonismo, y resulta que ahora toda la historia se resume en las guerras de religión, en las que Stephenson se revela como un fanático puritano, defensor de los protestantes y criticando constantemente a los católicos.

En el segundo libro (El rey de los vagabundos), la ciencia ha desaparecido por completo, y ya sólo aparece la religión (tal y como la ve Stephenson). Narra las aventuras de Jack Shaftoe y Eliza recorriendo Europa. Supongo que la pretensión del autor era hacer un recorrido que mostrara toda Europa, pero la realidad es que lo ha convertido en un tedioso vagabundeo que se hace pesado e interminable. La historia no tiene ninguna gracia, y el desvarío es constante. Hay pasajes en los que el autor ha decidido introducir alguna de sus pesadillas más oscuras y absurdas, pero cuyo interés es nulo.

En fin, continuaré leyendo el tercer libro para acabar al menos el volumen de Azogue, pero la realidad es que no puedo en absoluto recomendar este libro a nadie, a menos que tenga problemas de insomnio.