Crítica a Poe

En este post quiero hacer un comentario sobre uno de mis autores favoritos: Edgar Allan Poe.
Un romántico, un autor auténtico del siglo XIX, tormentoso, duro, difícil y complicado, pero a la vez lleno de experiencias trascendentales y de pasión por la vida, aunque esa pasión lleve muchas veces aparejado el dolor, el sufrimiento y la muerte.

Pero mi artículo de hoy no es para elogiar a Poe, sino para hacer una crítica de uno de sus relatos. Según venía a mi trabajo, he estado leyendo Ligeia, teóricamente el cuento preferido del autor. Sin embargo, para mí ha sido una profunda decepción. Es una narración completamente alejada de la prosa habitual de Poe. Es poética, sí, pero nada más. Supone una exaltación del amor del protagonista por Ligeia, pero le falta todo lo demás. La atmósfera opresiva, el misterio, lo desconocido, el llevarte a otros mundos... todo lo que suele poblar los cuentos de este autor.

No comprendo lo que llevó a Poe a comentar que este era su cuento favorito. Es probable que lo escribiera bajos los efectos del opio, pero creo que sería necesario tomar esa droga para impedir que el cuento se vuelva pesado y falto de fuerza. Sinceramente, su lectura se me ha hecho eterna. Es enrevesado, pero sin misterio. Tiene mucha palabrería, pero no llega al corazón en ningún momento. Parecen los delirios de un escritor por un amor perdido, por alguien que desapareció en un momento de su vida, provocándole una locura absurda y desprovista de cualquier atisbo de lucidez.

En mi opinión, este relato está a años luz de cualquiera de los realmente buenos de Poe, que son muchos. Cuentos como William Wilson, El barril de amontillado, El corazón delator o El gato negro, por poner ejemplos de relatos poco conocidos para el gran público, dan mil vueltas a Ligeia. Por tanto, creo que es un relato que no se debe recomendar sino en una antología del autor, ya que, si lo lee alguien que se acerca por primera vez a este escritor, puede llevarse una impresión equivocada, lo que le haría perderse la lectura de tantos cuentos realmente buenos.